Sua, parada sola en la barandilla del tejado, miró hacia el cielo nocturno.
Mi corazón latía con fuerza.El tacto caliente del tigre blanco, la mirada provocativa del pájaro rojo, la fría advertencia de la tortuga negra… y la mirada del dragón azul.

"Supongo que no puedes dormir."
Una voz familiar y baja.
Me giré y vi al Dragón Azul allí de pie. La luz de la luna se filtraba por su cabello azul, y su sola presencia brillaba fríamente.
⸻
“¿Por qué… estás aquí?”, preguntó Sua con cautela.

“Porque tengo que protegerte.”
El dragón azul habló como si fuera obvio. Pero su mirada vaciló un instante.
“Eso es… una misión.”
Sua dijo suavemente.
“¿Es esa realmente la única razón?”
El dragón azul no respondió. En cambio, se acercó un paso más.
Bajo la luz de la luna, las sombras de dos personas se superpusieron.
⸻

“Yo… tengo que protegerte.”
La voz del Dragón Azul tembló suavemente.
Ese es mi destino. Pero…
Su mirada se detuvo por un momento y el mar profundo y frío se hizo añicos en un instante.
“No te estoy mirando ahora mismo sólo por esa razón”.
El corazón de Sua latía fuerte.
En los fríos ojos del dragón azul se vislumbró un anhelo muy humano.
⸻
El viento soplaba y mi cabello volaba.
La mano del dragón azul se extendió lentamente y colocó el cabello de Su-ah detrás de su oreja.Pensé que el tacto sería tan frío como el hielo, pero fue sorprendentemente cálido.

“Cada vez que estás en peligro… yo también flaqueo.”
El susurro del Dragón Azul era más bajo y suave que el viento.
“Más que el equilibrio de las cuatro direcciones, más que mi misión… Tengo miedo de perderte.”
Sua contuvo la respiración.
En ese mismo momento sentí que podía olvidar la distancia entre Dios y el hombre.
“Dragón Azul…”
Cuando Sua llamó ese nombre,Cerró los ojos en silencio y luego los abrió de nuevo.El dragón azul tomó su mano y la colocó sobre el dorso de su mano.

Sé que este sentimiento está prohibido. Pero... quiero ser sincero. Te deseo.
Sua tragó saliva y lo miró a los ojos.
Mi corazón latía con fuerza como si fuera a estallar y el mundo estaba en silencio, como si sólo quedáramos nosotros dos.
En ese momento—
Las llamas parpadeaban en la distancia.
Una llama roja se elevó, cortando la oscuridad de la ciudad.
El viento sopló y el sonido de la risa de Zhujak descendió del cielo.

Ah, es hermoso. Pero este dulce momento no durará mucho.
El rostro de Su-ah palideció. El Dragón Azul extendió la mano para abrazarla, pero las llamas ya estaban envolviendo el tejado.
