
La vigésimo séptima historia
Utilice carne.
Jungkook caminaba y caminaba sin rumbo. Simplemente seguía adelante. Sentía que incluso mover el cuerpo aliviaría sus pensamientos sombríos. Pero por mucho que se moviera, por mucho que corriera, la visión de una estrella fugaz seguía parpadeando ante sus ojos. Parecía que las palabras de Shin, de alguna manera, lo habían hecho sentir culpable.
Jungkook no dejaba de pensar. Si no le hubiera enseñado a Yoosung emociones, si no se hubiera acercado a él, si nunca lo hubiera conocido, Yoosung podría haber reencarnado felizmente. Y cuanto más lo asaltaban estos pensamientos, más se hundía en un pantano de culpa. Cuanto más luchaba, más se hundía en un pantano que lo asfixiaba.
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Tras vagar sin rumbo, se encontró en un lugar completamente desconocido. Lo único familiar era el coche que se dirigía a toda velocidad hacia él. En el pasado, se habría alejado del coche, pero quizá, consumido por la depresión, no tenía tiempo para pensar en esas cosas. No, quizá anhelaba tocar la muerte.
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Mientras caminaba con dificultad, un zumbido llegó a los oídos de Jungkook. El zumbido, que le presionaba los tímpanos y los perforaba, lo atormentaba. Agarrándose la oreja, cada vez más dolorida, Jungkook levantó la cabeza. Entonces, una bocina sonó a su lado. El zumbido que acababa de atormentarle los tímpanos parecía el de la bocina de un coche. Quizás porque estaba tan atrincherado en el pantano, el zumbido de la bocina resonó en sus oídos.
A medida que la bocina del coche sonaba más fuerte, su silueta se acercaba cada vez más. Podría haberla esquivado, pero por alguna razón, las piernas de Jeongguk no se movían. Sentía como si hubiera caído en un pantano, con los pies atrapados en algo embarrado. En parte por eso no podía moverse, pero Jeongguk no tenía la voluntad de escapar, ni la de evitar el contacto con la muerte.
Parece que el pensamiento de querer tocar la muerte está incrustado en su subconsciente.
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Escuché voces a mi alrededor que me decían que saliera de allí rápidamente.
El chirrido de los neumáticos rozando contra el asfalto, como si se hubieran aplicado los frenos, era tan fuerte que sentí que mis tímpanos iban a estallar.
Los faros del coche se acercaron y cegaron a Jeongguk.
Jungkook, cuyos ojos estaban tan deslumbrados que le dolían, intentó protegerse con los brazos cuando de repente sintió que lo levantaban. Entonces se desplomó contra el suelo, con un dolor insoportable y la consciencia desvaneciéndose. Jungkook dejó escapar un gemido sordo al sentir algo húmedo rozar su cabeza. Y entonces, un penetrante olor a sangre le inundó la nariz.
Normalmente, en una situación como esta, el primer pensamiento sería querer vivir, pero Jeong-gook permaneció indiferente. El deseo inconsciente de tocar la muerte era tan fuerte que cerró los ojos, y su mente se desvaneció lentamente.
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Continúa en el próximo episodio.
