[Seventeen Fanfic/Hou] Una flor que florece en la guerra

[Fanfic de Seventeen/Rain] Prólogo de la Flor que Florece en la Guerra

photoJajajajaja..."

Mi respiración es agitada y el olor a sangre es tan fuerte que me enferma. Mi cabeza y cuerpo están cubiertos de sangre, lo que me hace sentir mal. Quiero volver a mi pelotón y lavarme ahora mismo. Pero tenía que comprobar si los soldados enemigos estaban muertos o sería un fastidio más tarde. Con cada paso que daba, pisaba cadáveres que podrían haber sido enemigos o aliados. Entonces, vi algo meciéndose en el viento a lo lejos, así que me acerqué para mirar más de cerca. Lo que se balanceaba era una flor. Era una sola flor que había florecido con dificultad en este campo de batalla donde el olor a sangre era fuerte y el suelo estaba manchado de sangre. Cuando vi esta flor, naturalmente pensé en ti. Qué feliz habrías sido si la hubieras visto. Me habrías mirado con una sonrisa feliz, diciendo que las flores florecen incluso en un campo de batalla como este. Al pensarlo, había muchas similitudes entre esta flor y tú. Una flor que floreció hermosamente tras superar las dificultades y la adversidad en el campo de batalla, y sobre todo, una flor que nunca perdió su sonrisa ni siquiera en las difíciles circunstancias de la guerra. Eras hermosa. Siempre fuiste mi luz y mi esperanza. Sin darme cuenta, estaba mirando las flores y recordando los recuerdos que tenía contigo, cada expresión, cada gesto. En medio de mis recuerdos, lo que me despertó fue la voz de mi superior desde el walkie-talkie.

"Chiik...chikjik...Sargento Sunyoung...¿puede oírme?"

"Sí, puedo oírte, Capitán."

"¿Cuál es la situación allí?"

"El enemigo fue aniquilado y todas nuestras fuerzas fueron aniquiladas excepto yo".

"Ja... bueno, tú también deberías volver."

Al evocar recuerdos contigo, me giré para regresar a mi pelotón, pero mis pies no se movían con facilidad. Quizás la flor que me recordaba a ti, que se parecía a ti, era tan llamativa que no podía soportar dar un paso al frente. No tuve más remedio que desenterrar la tierra donde había estado la flor, junto con la flor misma, y, sujetándola con ambas manos como si fuera algo precioso, volví a mi pelotón y la trasplanté a tu querida maceta. Cada vez que veía esta flor, me acordaba de ti, y no podía evitar sentir una sensación de felicidad y soledad. Pero al mirarla una vez más, recordé a ti. Tú, que siempre brillaste para mí, mi luz. Mi esperanza. Mi flor... Tú eras...