"Me gustas, noona", me susurró Jimin, un estudiante de penúltimo año que conozco desde hace mucho tiempo. Empecé a emocionarme por Jimin, por quien normalmente no sentía nada.Pero en nuestra escuela no se permiten citas, así que no tuve más remedio que decirle a Jimin: "Jimin, sabes que en nuestra escuela no se permiten citas, ¿verdad?". Jimin dijo: "Lo sé, jaja. Es una escuela de mierda, jaja. Simplemente me caes bien, noona".
Al día siguiente
Jimin me cuidó más de lo habitual. Solía solo bromear, pero ¿será porque le confesé y aceptó?
