“¿Tú… por qué sigues molestándome?”

La voz de Hamin era baja, cargada de irritación. Flee, que se había desplomado en el suelo del gimnasio, lo miró con los ojos muy abiertos. A pesar de las lágrimas que le corrían por las mejillas, no mostró resignación.
Flee se puso de pie, recuperando el aliento.
“Hamin, escúchame.”
Ha Min agitó la muñeca distraídamente y dio un paso atrás.
¿Qué estás escuchando? Tú y yo no tenemos ninguna relación.
Flee dejó escapar un largo suspiro.
“De acuerdo, entonces hagámoslo. Solo dame… exactamente un mes.”
Ha Min entrecerró los ojos.
“¿1 mes?”
"De acuerdo. Solo habla conmigo durante un mes y pasa tiempo conmigo. Durante ese tiempo, me aseguraré de que recuperes tus recuerdos."
Ha MinLas comisuras de sus labios se elevaron como si estuviera riendo.
¿Te acuerdas? De verdad... no sé qué decir.
“¡Un mes bastará…! Si para entonces no recuerdas nada…”
Flee bajó un poco la voz.
“Desapareceré silenciosamente de tu vista.”
Los ojos de Ha Min vacilaron ligeramente.
“¿…Desapareciendo?”

Sí. Pero si no aceptas mi oferta...
Pulga sonrió con picardía.
Voy a seguir dando vueltas por aquí delante de ti. Es muy aburrido, jaja.
Ha Min suspiró.
“¿Y qué obtengo en ese mes?”
Pulga dudó un instante, pero luego sus ojos brillaron como si hubiera tomado una decisión.
"Sinceramente, no te supondrá ninguna molestia. Solo intercambia unas palabras conmigo. Recuperaré tus recuerdos por mi cuenta."
Ha Min arqueó ligeramente las cejas.
“Eso es una tontería.”
"Lo intentaré. Llevo diez años esperándote. No puedo rendirme así."
Ha Min rió brevemente.
“Estás loco de remate, chaval.”
Pulga no se dejó desanimar por la mirada fría.
Sí, estoy loco. Un mes… Con eso basta. ¿De acuerdo?
Un denso silencio se instaló entre ellos. Ha-min, que caminaba hacia la puerta del gimnasio, se detuvo en seco. Volvió la cabeza y miró a Flee con ojos profundos.

“…De acuerdo. En cambio, es solo un mes.”
Flee abrió mucho los ojos y respondió con voz emocionada.
¿¡¿En serio?!?!? ¿¡¿De verdad estás aceptando esto?!?!?
Ha Min desvió la mirada como si estuviera cansado y murmuró en voz baja.
Sí. Un mes. Nada más.
Flee asintió, conteniendo las lágrimas.
“Gracias, Hamin… Gracias…”
Ha Min regresó a la puerta del gimnasio y lo soltó de golpe.
“Y si después de un mes sigue igual… no te molestes.”
"...bueno."
“Te devolveré el dinero en un mes. Te lo prometo.”
Flee apretó las manos con fuerza y murmuró para sí mismo.
En el silencioso gimnasio, solo los ojos de Flea brillaban sin cesar.
