La esperanza de un hada
Capítulo 2


El largo vuelo agotó a Dea, así que tomó asiento junto a un pilar del vestíbulo.

Un grupo de hadas jóvenes se detuvo para saludarla.

Hablaban muy animadas sobre las coronas de flores que usarían en la ceremonia de los hechiceros.

"Deberías venir" dijo un hada mientras le colocaba una hermosa corona en la cabeza.


Dea
"Diviértanse por mi" les sonrió. "Tal vez pueda acompañarlas mañana"


Winter
"Lamento interrumpir este momento de júbilo" anunció Winter caminando hacia ellas.

El vestíbulo quedo en silencio al tiempo que una brisa fría se extendía, las hadas intercambiaron miradas incómodas.


Dea
"No te preocupes, nuestras hermanas ya se iban" declaró con calma al notar su inquietud.

Las jóvenes hadas dejaron Bhell Caeruleum, habían visto pocas veces a Winter, ninguna la conocía en realidad.

Su presencia siempre les causaba temor.


Dea
"¿Cómo has estado Winter?" el hada la trataba cortésmente, las más antiguas lo hacían.


Winter
"Sin cambios aparentes" respondió de forma neutral mientras tomaba asiento junto a ella.


Narradora
Esperando el momento adecuado para contarle el motivo de su visita.


Dea
"¡Qué bonito collar!" exclamó al mirarla de cerca. "No sabía que te gustaban las joyas élficas"


Winter
"Era de… una amiga" dijo sin emoción. "A veces olvido que lo llevo encima"


Dea
"¿También murió en la guerra?" preguntó con cautela.


Winter
"Solo su corazón, no había forma de curarla" suspiró.


Dea
"No entiendo… ¿Qué quieres decir?" era la primera vez que escuchaba algo así.


Winter
"Has vivido durante centellas" empezó, siempre le costaba revelar el secreto de sus helados dominios.

Algunas hadas rompían en llanto al enterarse de la verdad.


Winter
"¿Cuántas hermanas de tu edad quedan en el planeta?"


Dea
"Bueno… no podría equivocarme con algo tan importante, ahora somos cinco" su tono de voz se volvió triste. "Perdimos a seis en la guerra"


Winter
"Creo que olvidas cuantas flores hay en un arbusto" se levantó y extendió su mano.


Winter
"Te llevaré al jardín de florecimiento para que lo entiendas"


Dea
"Soy vieja pero mis recuerdos se mantienen a la perfección" declaró un poco ofendida.


Winter
"No tengo dudas" dijo para tranquilizarla. "Sólo una magia poderosa lograría borrarlos... yo puedo ayudarte"


Winter
"No tienes que seguir cargando con el dolor"

Winter tomó el brazo de su hermana antes de que se alejara volando, por la expresión de su rostro, era fácil adivinar lo que estaba pensando

Compadecerse de una misma es un signo de egoísmo en las hadas.


Narradora
Desde pequeñas aprenden a ser felices ayudando a otros.


Narradora
La tristeza debe superarse lo más pronto posible para continuar con sus tareas.

Las primeras centellas lejos de los humanos fueron una gran prueba, que afortunadamente superaron gracias a los hechiceros.

Quienes les permitieron cuidar a sus hijos e hijas mientras crecían.

Pero ¿cómo sabía Winter sobre los pensamientos más profundos de Dea?

Ese tipo de magia estaba prohibida en las hadas, entrar en la mente de los demás les causaría conflictos.

Debían ayudar sin cuestionar la bondad y maldad dentro de cada ser que protegían.


Dea
*Tal vez el hada del invierno se encarga de castigar a quienes rompen las leyes* el miedo la invadió al pensar en su destino.


Dea
"¡Por favor!" imploró con voz temblorosa.


Dea
"No volveré a ser egoísta… me esforzaré para recordar a nuestras hermanas sin sentir dolor"


Winter
"Cuatrocientas centellas son demasiado tiempo" Winter le dirigió una mirada gélida antes de transportarla a las tierras heladas.