La esperanza de un hada
Capítulo 3


Winter era drástica con sus hermanas cuando imaginaban lo peor de ella.


Dea
"¡No quiero estar aquí!" exclamó al contemplar el congelado paisaje.


Winter
"Es lo mejor para ti" caminó en dirección a su morada sin soltarla. "Nuestra madre cree que has sufrido demasiado"


Winter
"No puedes seguir esperando el florecimiento, hiciste todo lo que podías y ahora debes ser libre"

Dea la siguió entre sollozos, toda su vida la había dedicado a cuidar de sus hermanas antes de que nacieran.

No imaginaba su existencia de otra manera.

Distinguió una bella escultura en un pasillo y se detuvo, tal vez ese era el castigo que le esperaba, no era tan malo como pensaba.



Dea
"¿Vas a congelarme?" preguntó en voz baja.


Winter
"Te convertiré en diminutos copos de nieve para que tu poder permanezca aquí" liberó su brazo al notar que quería acercarse a la escultura.


Winter
"Naciste por la magia de nuestra madre y es a donde volverás, es el destino de las hadas cuando pierden la alegría de vivir"



Dea
"Creí que vivíamos eternamente" las lágrimas seguían cubriendo su rostro, recorrió un ala de la escultura con su mano.


Dea
"Solo puedo recordar a quienes murieron en la guerra. ¿Qué está pasando?"


Winter
"Es parte de mi poder, lo decidió nuestra madre para disminuir el dolor de las hadas que siguen viviendo" dijo con calma mientras sonreía.



Winter
"Ella es Cristal, me parece extraño que nuestra madre le diera ese nombre, nació de alguna flor verde"


Dea
"¿Cristal?" guardó silencio para pensar, pocas hadas habían nacido de esas flores.


Narradora
La tonalidad verde no era suficientemente extraordinaria en su raza.

Dea recordó a catorce hermanas; cuatro florecieron la séptima vez que fue al jardín, dos antes de la guerra, y las demás...

... perecieron en otros planetas en las batallas contra el frente Caos.


Dea
"Supongo que nació de un crisantemo, aunque solo han brotado claveles desde que estoy a cargo"


Winter
"Es más joven que tú" suspiró. "Seguramente la viste nacer hace varias centellas"


Dea
"Tu poder es asombroso, no logro recordarla" secó sus lágrimas.


Dea
"Aceptaré mi destino, sé que nadie sufrirá cuando desaparezca y eso es lo único que necesito para irme en paz"

Dea se alejó de la escultura.

Winter la llevó a través de su morada hasta una caverna angosta en la que se encontraba el mágico manantial donde la transformaría.

Mientras Dea se sumergía en el agua, escuchó un hermoso canto y recordó los momentos más felices de su prolongada vida.

Volvía a ser una pequeña hada correteando por los prados junto a sus hermanas.

Después atravesaba portales de otros planetas, cada paisaje la maravilló.


Era joven, estaba emocionada por saber a qué raza protegería, pero su madre le encargó el jardín floreciente.

La decepción se desvaneció cuando los tulipanes amarillos brotaron.

Sintió una gran alegría al entender que fue elegida para cuidar a las protectoras de la galaxia.

Vio nacer a cientos de hadas, Lia fue la última, brotó de una dalia.

El cuerpo del hada se desintegró antes de llegar al fondo, el manantial brilló con la intensidad de las estrellas.

Winter cubrió sus ojos y sintió como el gran poder de su longeva hermana se extendía por las tierras heladas.

En ese momento, la magia de la matriarca quedó restaurada por completo.